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Empresario revisa cifras y gráficos para calcular la depreciación de un activo.
Empresario revisa cifras y gráficos para calcular la depreciación de un activo.

Entendiendo la depreciación en el mundo financiero: más allá de la amortización

La depreciación es un concepto fundamental en el ámbito financiero y contable. A menudo se confunde con la amortización, pero, aunque están relacionados, tienen diferencias clave. En esta nota te contamos sobre lo que hay que saber respecto a este relevante término.

Depreciación: ¿qué es?

La depreciación es un concepto contable que refleja la disminución en el valor de un activo a lo largo del tiempo. Esta disminución puede deberse a factores como el desgaste por uso, el paso del tiempo, o la obsolescencia tecnológica. En esencia, a medida que un activo se usa en las operaciones de una empresa, su valor en el mercado tiende a reducirse.

Por ejemplo, consideremos un vehículo adquirido por una empresa para realizar entregas. A medida que este se usa, acumula kilómetros, sufre desgaste y, con el tiempo, modelos más nuevos y eficientes aparecen en el mercado. Todo esto contribuye a que el valor del vehículo disminuya con el tiempo. Esta reducción en el valor se refleja en los estados financieros de la empresa como depreciación.

La depreciación no solo ayuda a las compañías a reflejar la pérdida de valor de sus activos, sino que también tiene implicaciones fiscales. Al depreciar un activo, las empresas pueden deducir este gasto de sus ingresos, lo que puede reducir la cantidad de impuestos que deben pagar.

¿Qué activos pueden depreciarse y cuáles no?

La depreciación de activos fijos es un proceso que muchas empresas deben considerar en su contabilidad. La razón principal por la que algunos activos se deprecian y otros no, radica en su naturaleza y utilidad a lo largo del tiempo.

Los activos tangibles, por ejemplo, tienen una vida útil determinada. Estos pierden valor con el tiempo debido al uso, desgaste o incluso obsolescencia. Por otro lado, hay activos que no sufren este desgaste o cuyo valor no disminuye con el tiempo.

Activos que pueden depreciarse

Activos que no pueden depreciarse

Edificios.

Tierras fiscales.

Equipos y maquinaría.

Coleccionables (arte, monedas).

Oficinas.

Inversiones (acciones y bonos).

Vehículos.

Activos empleados por menos de un año.

La depreciación se calcula sustrayendo el valor de reventa de su costo original; es decir, lo que se pagó al momento de adquirirlo. La diferencia entre esos dos precios se deprecia a lo largo de los años en los que se espera que tenga utilidad o “vida” ese activo. 

Las empresas emplean la depreciación para deducir impuestos y no “perder” ese monto de dinero. Esto hasta que la vida útil del activo expire o caduque.

Depreciación de la moneda

Al igual que los activos físicos o tangibles, las monedas nacionales que usan los países para comerciar también van perdiendo valor. Esta pérdida de valor, conocida como depreciación de la moneda, se debe principalmente a la inflación. En valores reales, un dólar norteamericano, por ejemplo, no vale lo mismo en 2023 que hace 20 años.

Más allá de las discusiones sobre las causas de la inflación, lo cierto es que la depreciación se produce siempre que hay un alza generalizada en los precios de una economía. Cuanto más alta es la inflación, más se depreciará esa moneda. 

Además, la depreciación de las divisas puede surgir al comparar la paridad con otra moneda. Por ejemplo, si consideramos el valor del peso chileno contra el dólar norteamericano, la moneda chilena se ha depreciado en los últimos años, ya que cada vez se necesitan más pesos chilenos para comprar un USD. Esta situación puede representar un riesgo para las empresas que dependen de importaciones.

¿Se puede revertir la depreciación de un activo?

En la mayoría de los casos, la respuesta es no. Una vez que un activo ha sido depreciado, su valor en libros ha disminuido, y no se puede "recuperar" ese valor perdido.

Sin embargo, en ciertas circunstancias, como cuando un activo se revalúa debido a cambios en el mercado o mejoras significativas, puede haber ajustes en su valor. Estos ajustes, sin embargo, no se consideran una "reversión" de la depreciación, sino más bien una reevaluación del valor del activo.

Es esencial que las empresas comprendan que la depreciación es una representación contable y no necesariamente una pérdida real de valor. La gestión adecuada y el mantenimiento de activos pueden prolongar su vida útil y, en algunos casos, incluso aumentar su valor en el mercado.

¿Cómo afecta la depreciación a los estados financieros de una empresa?

La depreciación tiene un impacto directo en los estados financieros de una empresa. En primer lugar, reduce el valor de los activos en el balance general, lo que puede afectar la percepción de la salud financiera de la empresa. No obstante, es una herramienta contable y no representa una pérdida real de valor.

En el estado de resultados, la depreciación se registra como un gasto, lo que reduce las ganancias reportadas. Aunque disminuye las utilidades, también puede ofrecer beneficios fiscales, ya que reduce la base imponible. 

También es esencial que las empresas gestionen adecuadamente sus activos y consideren la depreciación al tomar decisiones de inversión y financiamiento.

Ejecutivos conversan y analizan la depreciación de un activo de su empresa.

Tipos de depreciación

Existen diversos métodos para calcular la depreciación de un activo, y la elección de uno u otro dependerá de las características del activo y de las necesidades contables y fiscales de la empresa. 

A continuación, se presentan algunos de los métodos más comunes:

Método de la línea recta

Este es el método más simple y directo. Consiste en dividir el valor inicial del activo entre su vida útil estimada, resultando en una cantidad fija que se depreciará cada año. Por ejemplo, si una máquina tiene un costo de $10,000 y se estima que su vida útil es de 10 años, entonces se depreciará $1,000 cada año.

Método de la suma de los dígitos anuales

Este método permite una depreciación acelerada; es decir, se deprecia más en los primeros años y menos en los últimos. Se basa en sumar los dígitos de los años de vida útil del activo y luego asignar una fracción de esa suma a cada año.

Método de unidades de producción

En lugar de basarse en el tiempo, este método se basa en la cantidad de producción o uso del activo. Por ejemplo, si una máquina puede producir 100,000 unidades antes de quedar obsoleta, la depreciación se calculará en función de cuántas unidades produzca cada año.

¿Qué es la amortización?

La amortización es una técnica que se usa periódicamente para bajar el precio contable a un préstamo o un activo intangible durante un periodo de tiempo determinado. 

Si nos centramos en un préstamo o crédito, por ejemplo, la amortización se aplica para aliviar y separar pagos a través del tiempo. Aplicado a un activo, la amortización es similar a la depreciación.

El término amortización se refiere a dos situaciones puntuales. La primera se usa para nombrar el proceso de pagar deudas con pagos regulares de intereses a través del tiempo. Una amortización agendada se usa para reducir el balance actual de un préstamo. Por ejemplo, el crédito para una hipoteca. 

En segundo lugar, la amortización es la práctica de extender o separar las expensas de capital relacionados a activos intangibles, generalmente sobre la vida útil del mismo, con fines contables o impositivos. Esta acción contable, si bien puede traer un alivio a las cuentas, también puede significar un riesgo financiero.

Diferencias entre depreciación y amortización

Las principales diferencias entre la depreciación y la amortización radican en el tipo de activo y en cómo se refleja su disminución de valor en los registros contables:

  • Naturaleza del activo. La depreciación se aplica a activos tangibles, como maquinaria o vehículos. La amortización, en cambio, se aplica a activos intangibles, como patentes o software.
  • Método de cálculo. Mientras que la depreciación suele calcularse basándose en la vida útil estimada del activo, la amortización se distribuye de manera equitativa a lo largo de un período determinado.
  • Implicaciones fiscales. Ambas prácticas permiten a las empresas deducir estos gastos de sus ingresos, pero las regulaciones fiscales pueden variar según el tipo de activo y el método de cálculo utilizado.

En resumen, tanto la depreciación como la amortización son herramientas contables esenciales que reflejan la pérdida de valor de los activos a lo largo del tiempo. Sin embargo, es crucial entender sus diferencias y aplicarlas correctamente en la contabilidad de una empresa.

Informe con gráficos y tendencias sobre la depreciación del activo de una empresa.

Entender la depreciación es esencial para cualquier empresa o individuo que posea activos. Es una herramienta cuya correcta aplicación puede tener importantes implicaciones fiscales. Al mismo tiempo, es crucial diferenciarla de la amortización y aplicar cada concepto adecuadamente en la contabilidad y en la toma de decisiones financieras.

Preguntas frecuentes

¿Por qué es importante para las empresas llevar un registro adecuado de la depreciación?

Llevar un registro adecuado de la depreciación es esencial para las empresas por varias razones. Primero, proporciona una imagen realista del valor actual de los activos, lo que ayuda en la toma de decisiones sobre reemplazos o inversiones futuras. Además, la depreciación es un gasto deducible, lo que puede reducir las obligaciones fiscales de la empresa. Un registro preciso también facilita la presentación de informes financieros transparentes a los accionistas y otras partes interesadas, fortaleciendo la confianza y la integridad financiera de la empresa.

¿La depreciación es lo mismo que la devaluación de una moneda?

No, la depreciación y la devaluación de una moneda son conceptos diferentes. Mientras que la depreciación se refiere a la disminución del valor de un activo tangible a lo largo del tiempo, la devaluación de una moneda se refiere a la reducción deliberada del valor de una moneda nacional en relación con otras monedas, generalmente tomada como una medida económica por un gobierno. Aunque ambos términos implican una pérdida de valor, se aplican en contextos diferentes y tienen implicaciones distintas.

¿Cómo se determina la vida útil de un activo para calcular su depreciación?

La vida útil de un activo se determina en función de varios factores, incluyendo el desgaste esperado debido al uso regular, la obsolescencia tecnológica y las condiciones ambientales en las que se utiliza el activo. Las empresas suelen basarse en normativas contables, experiencias pasadas y, en ocasiones, en estudios técnicos para estimar la vida útil de un activo. Además, las agencias gubernamentales o entidades reguladoras pueden proporcionar directrices o estándares para ciertos tipos de activos, lo que ayuda a las empresas a establecer una vida útil razonable y justificable para propósitos contables y fiscales.

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